"Pido que honréis a las abejas" es un monólogo híbrida entre el teatro poético, la performance ritual y el cuento, con una perspectiva social desde la narración de vivencias en primera persona. Su trama no sigue una estructura lineal convencional, sino que despliega una serie de escenas en las que el cuerpo, la palabra y la imagen se entrelazan para transmitir un mensaje urgente: la necesidad de proteger la vida comunitaria, la cooperación y la salud mental frente a un sistema que fragmenta, aísla y patologiza.
Los temas centrales de la obra son las vivencias relacionadas con procesos de locura, la antipsiquiatría y salud mental colectiva, la organización comunitaria y redes de apoyo mutuo, y los procesos de reparación y memoria a través del arte, la narración y el cuento.